Recetas para hacer creatividad
Una manera de establecer esa relación es ir encadenando
todos los aspectos del problema que intentamos solucionar. Analizándolo todo
minuciosamente para que la reflexión de cada paso nos lleve al siguiente.
Estímulos para la creación.
En este punto tenemos 10 objetivos para establecer una relación
con nuestra lógica creativa.
Partir de una premisa abstracta que no sea demostrable
experimentalmente. Si tomamos como ciertas estas premisas, estaremos más cerca
de la posibilidad de hacerlas realidad.
Cambiar la formulación
de los problemas. Afrontar los problemas sin ideas preconcebidas.
Pensar en positivo. Plantear los problemas desde un ángulo
positivo facilita a veces las cosas.
Cuestionárselo todo. Preguntar las cosas que nadie se atreve
a preguntar por miedo a hacer el ridículo. Adoptar la actitud infantil que
lleva a los niños a preguntar por todo.
Convertir en imágenes los pensamientos. Los mensajes del
inconsciente son efímeros. Pasan por nuestro pensamiento a velocidades de
vértigo, y si nos pillan desprevenidos podemos perderlos para siempre.
Generar ideas sin límite. Cuando nos pongamos a generar
ideas, es necesario suprimir todas las barreras que puedan impedir que éstas
fluyan con agilidad.
Realizar conexiones al azar. Podemos hacer esto de muchas
formas, y una de ellas es preparar un listado de nombres comunes que nada
tengan que ver con el problema que nos ocupa.
Explorar todos los ángulos. A veces, a la hora de proyectar
cualquier idea, nos centramos en desarrollarla sólo en función de algunas de
sus variables sensoriales, sin tener en cuenta que para gozar en plenitud de
las cosas debemos hacerlo con todos nuestros sentidos.
Dar la vuelta al calcetín. Imaginar lo que serían las cosas
vueltas del revés: ése es el juego al que debemos someter a todas nuestras
certezas, para encontrar respuestas distintas a las preguntas de siempre.
Ponerse en otra piel. El ser humano ha creado muchas cosas a
su imagen y semejanza, observándose a sí mismo y considerando su propio cuerpo
como un mecanismo perfecto, del que se pueden extraer muchas ideas
válidas.
El brainstorming
Es la técnica creativa más conocida. Una palabra que se puso
de moda entre los creativos publicitarios de los años setenta y que poco a poco
fue contaminando a otros sectores como el marketing o la administración de
empresas.
En realidad, el brainstorming se basa en la premisa de que
el grupo estimula la creatividad. Pero se trata de un grupo especial donde el
primer condicionante es la mezcla de expertos y no expertos en el tema a
desarrollar. Como en todas las técnicas creativas, hay que salirse de los
caminos trillados de la experiencia, por eso es importante que en el grupo, de
un máximo de ocho personas, haya una presencia representativa de profanos.
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